Las categorías en la que competirá el vehículo puede ser rally, circuito, resistencia o autocross. El diseño y construcción del vehículo depende de la categoría en la que se pretende competir, ya que cada categoría tiene su propia reglamentación, como por ejemplo peso mínimo, potencia del motor, dimensiones, etc. Se pueden realizar cambios en el motor, la suspensión, los frenos, la jaula antivuelco, los neumáticos y otros componentes para mejorar el rendimiento y la seguridad.

Una vez que el vehículo ha sido diseñado y construido según las especificaciones de la reglamentación, debe someterse a pruebas y certificaciones para verificar que cumple con todos los requisitos.

Se debe generar una documentación completa que incluya todos los detalles técnicos y especificaciones del vehículo de competición. Y después se presenta a la Autoridad Competente, donde revisará minuciosamente el vehículo y la documentación para comprobar que cumple con todas las regulaciones. Si todo es correcto, emitirá un certificado de homologación que permite al vehículo participar en competiciones oficiales.

La homologación de un vehículo de competición es importante para asegurar la seguridad de los pilotos y asegurar una competición justa.