La dirección es uno de los sistemas principales del vehículo ya que
se encarga de transmitir nuestra intención de dirigirnos en algún
sentido. Los vehículos que actualmente nos encontramos en el
mercado vienen dotados de direcciones asistidas que permiten que
no se traslade todo el esfuerzo provocado por las ruedas a nuestros
brazos.
Cuando llevamos a cabo una reforma en nuestro vehículo no solo
es necesario legalizar los nuevos elementos incorporados, si no que
en muchos casos se requiere la legalización, por ejemplo, del
sistema de dirección o los frenos. Y es que después de hacer otras
reformas, es muy probable que este sistema se vea afectado. Este
sistema de seguridad normalmente es olvidado o no tenido en
cuenta cuando se realizan preparaciones. Se instalan magnificas
suspensiones y ruedas de mayores dimensiones que en muchos
casos provocan que tanto la dirección como los frenos pierdan
efectividad.
En las situaciones en las que se modifica directamente el sistema
de dirección, ya sea para dortarlo de un sistema de asistencia o
para sustituirlo por elementos más robustos, también es importante
revisar si es necesario sustituir o modificar los elementos que
conforman la dirección ya que pueden interactuar con otros
sistemas del vehículo como pueden ser suspensiones, ruedas,
cambio de ejes, incremento de ancho de vías y de distancia entre
ejes.
La comprobación de que todo en nuestro vehículo funciona
correctamente debe realizarse mediante ensayos o estudios que
demuestren que el comportamiento y la respuesta de la dirección se
mantiene dentro de los parámetros de seguridad establecidos.